Llevamos un ritmo de vida frenético que no deja mucho espacio para nutrir nuestra vida interior. Cuando las 24 horas no nos alcanzan, resulta difícil hacer esa pausa imprescindible para estar a solas con nosotros mismos. Sumergidos en ese día a día paroxístico, no es extraño que terminemos extenuados y con los nervios a flor de…